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Era él solo

Era él solo

Gabriel, un pequeñito de apenas doce años que fue adoptado tras la muerte de sus padres y separado de sus hermanas gemelas por Doña Benigna,una señora que lo convirtió en un esclavo.El pequeño que debía atender todo y a todos,de pronto se acordaba de sus hermanitas y de todo lo que habrían sufrido al seperarse, y aquellos tiempos donde eran felices juntos, toda su familia.

Benigna, que se quejaba por, según ella, la irrespetuosidad y caprichosidad del niño, la regordeta Doña Encarnación la consolaba sin consolarla realmente , dado que todo eso era una vil mentira, el pobre niñito, si no hacía las tareas, ama señora lo reventaba a chicotazos, el fiel sirviente de sufrimiento con el que acometía a Gabriel. El pequeño nisiquiera podía dormir, eran tantas las tareas que con suerte podía pergar un solo ojito, de esos pardos, que se agrandaron a causa de las ojeras por la falta de sueño.

Gabriel había visto una luz alguna vez, una luz en la ventana, su hermosa vecina de azuladas pupilas que le tenía tanta lástima, que sabía que él era tan desdichado, pero que Gabriel pensaba que ella tambien estaba solita en el mundo pero ella era muy feliz con su familia.

Un día , Benigna salió y dejó una serie de tareas que él debía hacer, pero Gabriel no las realizó y se quedó dormido.Cuando Doña Benigna volvió a casa se encontró con que nada estaba listo y la ira se apoderó de sí, urgueteó por todos los rincones hasta encontrar al chicote,del que se apoderó rápidamente y buscando a su presa, entró de puntillas a la habitación donde el angelito descansaba en el sillón, a chicotazos lo despertó, pero casi enseguida algo húmedo le salpicó en la cara, su rostro se blanqueó y las rodillas le flaquearon,resbaló con algo viscoso y cayó desvanecida.

Un gato se paseó con curiosidad a examinar la situación hasta llegar a la repisa de la ventana.

De vez en cuando fijaba sus verdes pupilas en aquel niño de rostro de cera, con la cabeza reclinada y Benigna echada de bruces en el suelo , con la cabeza entre los pies blancos y desnudos colgando.

Personajes:

Gabriel: era un pequeño de doce años, huérfano, de cabeza rapada y ojos pardos , agrandados por las enormes ojeras, el siempre vestido con delgadas telas y pies descalzos.

Doña Benigna: una vil mujer, de nariz aguileña, cabellos lacios, cutis muy blanco y lleno de manchas, su boca grande de labios delgados y ojos pequeños y pardos, había quedado viuda.

Doña Encarnación: una señora regordeta y menuda , embutida en un vestido de colores chillones.

Tío: un viejo grueso, corpulento, de ancho rostro y purpúreo.

Vecina: era una jovencita de catorce o quince años, hermosa de ojos azules, rubia y muy parecida a una princesa de cuentos de expresión dulce y serena , esbelta y de tez nácar.

Tipo de narrador: Omnisciente.

Espacio Psicológico: casona de Doña Benigna.

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